La Biblioteca El Carmel-Juan Marsé recomana…Un asunto demasiado familiar de Rosa Ribas
Un asunto demasiado familiar / Rosa Ribas. Barcelona: Tusquets, 2020
Rosa Ribas (El Prat de Llobregat 1963) va estudiar Filología Hispánica en la Universitat de Barcelona i l’any 1991 va marxar a viure a Alemanya, primer a Berlin i desprès a Franckfurt. Fins l’any 2008 es va dedicar a l’ensenyança de llengua i va ser lectora de espanyol en el Institut de Romàniques de la Johann-Wolfgang-Goethe Universität de Fráncfort i professora titular en la Universitat de Heilbronn. Actualment es dedica a escriure. Des de l’any 2017 és columnista habitual en la secció d’Opinió del Periódico.
Entre les seves obres publicades cal destacar: Don de lenguas (Madrid: Siruela, 2013), La detective miope (Barcelona: Debolsillo, 2014), Mis Fifty (Madrid: Reino de Cornelia, 2015), Pensión Leonardo (Madrid: Siruela, 2015), Azul marino (Madrid: Siruela, 2016) i Si no, lo matamos (Barcelona: Grijalbo, 2016).
Els protagonistes d’Un asunto demasiado familiar són una família de detectius que viuen al barri de Sant Andreu de Barcelona. Segons la seva autora: “diuen que és una novel·la negra i no hi ha res més negra que la família”.
A l’agencia detectius Mateo Fernández hi treballen el Mateo i els seus fills el Marc i l’Amalia, tenen molts encàrrecs i sempre els resolen amb èxit però no han pogut trobar la Nora, l’altre filla del clan, desapareguda de fa temps. Aquest fracàs mina la convivència de la família i especialment el benestar de la mare, la Lola una dona fràgil però amb una gran intuïció que té un pes específic per resoldre molts dels casos que els hi encarreguen els clients de l’agencia de detectius.
Un tast:
-La agencia la dirijo yo y creo estar capacitado para tomar las decisiones.
-El capitán que no solo se hunde con su barco, sino que también ha reventado los botes salvavidas.
-No te pongas dramática, hija. Aquí no se hunde nada. Es una fase de vacas flacas. Nada más. Y no quiero que una agencia grande nos absorba y nos convierta en meros empleadas sin personalidad, sin independencia.
Un comentario más por su parte y tendría una pelea en toda regla, pero no se encontraba en la posición de arriesgarse a ello. Si había allí alguien que carecía de independencia era ella. Levantó el sobre con la factura para señalar su rendición y abandono el despacho.
Cerró la puerta del jardín al salir. La caries inmobiliaria en los setenta arrancó muchas casa bajas y las sustituyó por bloques de pisos, sin embargo, el barrio apenas se había desprendido de su carácter de pueblo, aunque llevaran un largo siglo diciendo que formaba parte de Barcelona. Su casa, la del indiano, con sus dos plantes y un porche con dos altas columnas, destacaba entre Construcciones bajas en la calle Malats. Su tatarabuelo, Magi Obiols, había vuelto rico de América y la levanto en el pueblo del que procedía, porque la envidia de los desconocidos no produce tanta satisfacción como la de los viejos conocidos.
Una calle pueblerina en una barrio que había sido un pueblo y en el que la gente decía que iba a “la ciudad” cuando se acercaba al lejano centro de Barcelona, por más que que tuviera metro. ¿Quién iba a contratar a unos detectives cuyo despacho se encontraba en semejante dirección?
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