I acabem la ruta, on un supervivent com el Pablo Barrera escapa de la presa del convent dels Carmelites pels anarquistes.
Pàgs 145-146
A pesar de sus pocas luces, de lo que era consciente, Pablo Barrera el Ojos se había considerado siempre un hombre con suerte. Había cometido muchos errores en su vida, pero a las seis de la tarde del día 19 de julio, en el interior del convento de los Carmelitas de la calle Lauria de Barcelona se dio cuenta de que había cometido el peor y que tal vez …