La Biblioteca El Carmel – Juan Marsé recomana: Lectura fácil, de Cristina Morales
Lectura fácil / Cristina Morales.- Barcelona: Anagrama, 2018.
Lectura fácil / Cristina Morales eBiblio
Aquí veurem la Barcelona més actual, la Barcelona d’Ada Colau, del Fòrum, dels okupes (o ocupes, segons com) i dels ateneus llibertaris on tots i totes tenen el seu torn de paraula. Tot això ho veurem des del punt de vista de les protagonistes, quatre noies que no hi són totes. Tenen diferents graus de discapacitat per enfermetat mental i estan més o menys tutelades però en un pis on poden fer una vida relativament autònoma. A través del seu particular i enrevessat prisma veuren les seves vivències i opinions en un món canviant i estrany, que tot i ser el nostre moltes vegades no podem evitar notar igual de rar que com el senten les protagonistes Nati, Patri, Marga i Àngels. Amb aquest llibre l’autora Cristina Morales es va fer amb el 36º Premio Herralde de Novela 2018.
¿No puedes saltar las compuertas de la estación de tren para ir a la Autónoma? Es muy arriesgado, el viaje es largo y estar pendiente del revisor del que huir durante doce paradas me revienta los nervios, que se me arremolinan en el estómago y me entran ganas de cagar, y son doce las paradas que me paso aplacando los retortijones. Empiezo a tirarme pedos silenciosos, apretando el culo para que no suenen, haciendo equilibrios sobre los isquiones en el asiento, avergonzándome del olor. Alguna vez he llegado a la Autónoma con las bragas cagadas. Después de soltar un poquito de caca ya puedes aguantar mejor, pero siguen quedándote seis paradas con el lametoncito de mierda en el culo. ¿No hay lavabos en el tren? No, en los ferrocarriles de corta distancia de la Generalitat no hay lavabos. Hay que subirse en el tren meada, cagada y follada. En los trenes gestionados directamente por la Renfe y el Ministerio del Interior sí que hay lavabos. Entre Cádiz y Jerez, que están a la misma distancia que separa Barcelona y la Universidad Autónoma, puedes echar un polvo. Concluyamos, pues, que la ausencia de baños en los trenes es una medida represora más, y que en lo que a baños y a trenes se refiere la Generalitat es más totalitaria que el Estado español.
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